lunes, 20 de abril de 2009

LOS CUARZOS



En el mundo de los minerales, los cristales son los más semejantes a nuestro ser, ya que fueron creados para que se convirtieran en nuestros mejores amigos

Una de las mejores formas de sacar la energía que hemos tenido acumulada durante mucho tiempo en nuestros cuerpos y de lograr comunicarnos con nuestro corazón, es por medio del uso de los cristales de cuarzo.

Estos maravillosos seres son los minerales más evolucionados en energía porque están compuestos por los cuatro elementos, agua, tierra, fuego y aire, los cuales intervinieron para su creación, por lo que nosotros debemos de aprovecharlos en nuestro beneficio.

Una de las misiones que cumplen es ayudarnos a activar nuestra energía, a percibirla para que al despertar los centros del cuerpo físico obtengamos mayor visión de nuestros actos, sentimientos y pensamientos.

Cuando los tomamos podemos hacer que su energía se conjugue con la nuestra y que nos vayan activando la nuestra, que es lo que debemos de hacer si buscamos que nuestros sentidos mejoren.

Están muy vivos

Lo principal que debemos saber es que cada cristal es un ser vivo, aunque nos parezca que sólo se trata de un pedazo de roca.


Estas frases me parecían extrañas, pero por ser mi Maestro quise ponerlo en práctica. Así, me quedaba mucho tiempo buscando al ser dentro del cuarzo y, aunque jamás pensé que lo iba a ver, después de un tiempo de estar observándolo, me encontré con el verdadero cristal.

¡Realmente son seres como nosotros! Son seres de energía y cada uno de nosotros los podemos ver dentro del cuarzo. Ese momento es mágico e importante. Pero debemos saber que no vamos a identificar una forma física o una cara como las que conocemos, sino algo muy distinto: Será una sensación, un sentimiento.

En el momento que sintamos algo diferente quiere decir que ya estamos conectados con nuestro cristal, que nuestro ser interno ya tuvo contacto con él. Será una comunicación que conscientemente no recordaremos, pero nos vamos a sentir como cuando platicamos mucho con alguien sobre lo que nos duele o sobre lo que sentimos.

Es un instante en el que se pueden juntar dos seres, nuestro espíritu y el cristal, y es mágico porque nos abrimos ante un ser que también se abrirá ante nosotros.

Es una conjunción de energías que nos va a ayudar a liberar lo que tengamos acumulado por años en nuestro cuerpo, como frustraciones, pensamientos y dolor que hemos sentido desde la niñez. Además, ese contacto nos activará la energía que tengamos estancada.

fuente:sabiduriadelcorazon/flickr

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