viernes, 21 de agosto de 2009
Tirada de la Cruz Celta
La tirada conocida como de la Cruz Celta es quizá una de las más habituales en el Tarot. Aparece descrita allá para 1910 y posiblemente se inspirara en ancestrales métodos de adivinación de origen irlandés.
En una tirada de la Cruz Celta se utilizan diez cartas, y no es un número elegido al azar. El diez es el símbolo del final de ciclo por lo que una tirada de diez cartas representa algo completo. Las cartas se colocan de un modo particular que hasta cierto punto nos puede recordar una cruz céltica. En el centro de la tirada se colocan dos cartas, una de ellas cruzada encima de la otra. En cada lado se coloca otra carta, cuatro en total, de forma que tenemos la figura de una cruz, con otra más pequeña en su interior. En el lado derecho se sitúan alineadas verticalmente las cuatro cartas restantes.
Empezando por la parte central, la primera carta indica la situación actual de la persona que realiza la consulta. La segunda carta, colocada cruzada sobre la primera señala las influencias y obstáculos que encontrará en su camino, que se cruzan.
El orden de las siguientes cartas depende bastante de la persona que lleve a cabo la tirada y como las haya situado, hay diferentes ordenaciones. Por ejemplo en el sentido de las agujas del reloj comenzando por la parte superior, o en sentido inverso empezando por la parte inferior.
Tomando, por comentar una de ellas, como tercera carta la situada en la parte inferior tenemos el pasado lejano, a la izquierda como cuarta carta el pasado más reciente, a la derecha la quinta carta nos señala el futuro próximo y por tanto más difícil de evitar, mientras que en la parte superior la sexta carta nos señala el resultado de la Cruz, un posible futuro que dependerá en gran medida de las decisiones que tomemos a lo largo del tiempo.
Las cartas situadas verticalmente se interpretan empezando por abajo. El naipe inferior, el séptimo, indica como nos vemos a nosotros mismos. El inmediatamente superior, el octavo naipe, nos habla del entorno nuestro entorno, tanto acontecimientos como personas. El noveno naipe nos señala nuestras esperanzas, pero también nuestros miedos. Y finalmente el décimo y último naipe, representa la conclusión de la tirada pudiéndose interpretar como un consejo o incluso como un aspecto que necesite ser resaltado.
No es muy ortodoxo, ni apropiado, realizar una segunda lectura sobre la misma pregunta, pero en ocasiones si se puede llevar a cabo otra tirada para ampliar o aclarar la información proporcionada por un naipe concreto de la primera tirada. Nos puede proporcionar detalles adicionales.
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