viernes, 5 de febrero de 2010

LA SESIÓN DEL TAROT, II



Aunque tradicionalmente el consultante suele hacer una pregunta específica, hay gente que prefiere no revelar información personal, especialmente si es algo escéptica respecto a la habilidad psíquica del lector.

A veces, los consultantes hacen preguntas irrelevantes, porque no se atreven a expresar o incluso a enfrentarse a lo que realmente les preocupa.

A pesar de ello, un lector intuitivo puede ofrecer el consejo adecuado para resolver el verdadero problema, ya que puede percibir la inquietud del consultante.

En algunas oportunidades, los consultantes suelen probar al lector o tarotista, faltando a la verdad en sus preguntas, para evaluar la capacidad del lector, produciéndose entonces una situación inversa, de la cual salen ambos perjudicados, pero lamentablemente sucede, con aquellas personas inseguras de si mismas, que buscan un reflejo similar en los demás.

A los lectores con fuertes poderes telepáticos, les preocupa que puedan conectar directamente con la mente del consultante, ya que el objetivo final es la conexión con su propio supra-consciente.

En tal caso el tarotista decide utilizar en tal caso una segunda baraja de cartas, realizando una prueba de evaluación donde el consultante baraja y reparte el mismo, para comprobar que el resultado sea el mismo al original, o la primera tirada hecha por el lector.

Cada una de las 22 cartas del Arcano Mayor tienen un nombre y un signo diferente que encierran tres aspectos: simbólico, numeral y astrológico.

El título de la carta indica su símbolo y el cuadro adjunto su carácter astral, así como el numero de su propia representación.

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