domingo, 27 de septiembre de 2009

Alejandro Jodorowsky: 'El Tarot es el libro más importante de la cultura occidental'



Alejandro Jodorowsky ha escrito con su mujer, Marianne Costa, un manual para aprender a leer el Tarot, que el escritor, cineasta y "tramposo sagrado" nacido en Chile interpreta desde hace 50 años y que define como "un libro en forma de cartas, el más importante de la cultura occidental. Tanto que, dice, "debería estudiarse en las universidades".

Siruela presenta 'La vía del Tarot' junto con 'Yo, el Tarot', una colección de poemas sobre los 22 arcanos mayores, y una baraja del Tarot de Marsella, en una lujosa caja de color bronce. El libro les ha costado a Jodorowsky y Costa cuatro años de trabajo y en él se resumen los largos años de experiencia de ambos en la lectura de esta baraja, que definen como un espejo o estructura del alma, del inconsciente", pero también como un "instrumento terapéutico".

De hecho, Jodorowsky lee el Tarot gratis a quien se lo pide todos los miércoles en un café de París, desde hace 30 años. "No cobro, no doy consejos y no hablo sofre el futuro", aclara no obstante el escritor durante su presentación en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Tampoco lee lo negativo que puedan mostrar las cartas, añade después. Porque para el chileno el Tarot es "un servicio, una forma de ser útil al otro". "El mío es un libro iniciático", asegura, "y junto con los poemas se convierte en una escuela de desarrollo espiritual y psicológico".

Jodorowsky cree que el Tarot ayuda a desarrollar la conciencia y a vivir y comprenderse mejor, es un "apoyo al autoconocimiento psicológico e histórico". Por eso arremete contra el psicoanálisis y el budismo, ambos "enemigos de la vida". "Los psicoanalistas deberían tener todos un Tarot: ahorrarían tiempo", se queja. A su juicio, éstos "convierten el sufrimiento ajeno en su sustento, porque no se proponen curar sino mantener sus pacientes". Por el contrario, el Tarot puede ayudar no sólo a eliminar los síntomas, sino también a curar. "Es un puente entre dos extremos, entre la intuición y la razón", explica Marianne Costa. "Es intuición pero estructurada al máximo".

Una humanidad andrógina

El Tarot nació alrededor del año 1000, pero nadie sabe quién lo creó, ni dónde ni cómo. Tampoco qué significa la palabra Tarot ni a qué idioma pertenece, explica el autor en la introducción. Según dice, nace del cristianismo, el judaísmo y el islam, es de tradición occidental y propone "un contrapeso femenimo al desequilibrio monoteísta", una posibilidad de desarrollar una "humanidad andrógina". De ahí que tenga igual número de arcanos femeninos y masculinos, e incluya una 'papisa' o una 'emperatriz' entre sus figuras.

Jodorowsky y Costa terminaron haciendo una demostración práctica de cómo ayuda el Tarot al autoconocimiento leyendo las cartas a dos periodistas, un hombre y una mujer. El escritor chileno explicó que la lectura depende de tres coordenadas: el azar de quien interpreta, el azar del interesado y el azar de las cartas: "Es un momento de gracia".

Y de esos momentos ha tenido Alejandro Jodorowsky con el presidente de Chile, Ricardo Lagos, los cantantes Marilyn Manson y Peter Gabriel o un ministro francés que sufría problemas con su esposa china. En España, con Fernando Sánchez Dragó, Espido Freire, Antonio Gala y Luis Alberto de Cuenca, entre otros. "Pero a quien me gustaría leer las cartas", confesó, "es a Sara Montiel".

FUENTE: elmundolibro.com

jueves, 17 de septiembre de 2009

Video: tarot marsella Alejandro Jodorovsky

domingo, 13 de septiembre de 2009

EL TAROT MARSELLES, PARTE 2



Los arcanos mayores

Son en verdad senderos iniciáticos, cuyas diferentes etapas han sido interpretadas de diferentes maneras. Son conocidos como la quintaesencia del hermetismo, como los altos grados situados por encima de la masa. Se estudian en detalle bajo el nombre de cada lámina:

El Juglar
La Sacerdotisa
La Emperatriz
El Emperador
El Sumo Sacerdote
El Enamorado
La Carroza
La Justicia
El Ermitaño
La Rueda de la Fortuna
La Fuerza
El Ahorcado
Sin nombre (La Muerte)
La Templanza
El Diablo
La Torre
La Estrella
La Luna
El Sol
El Juicio
El Mundo
El loco (sin número)

Si apartamos a El Loco, que no tiene número, contamos veintiún arcanos que se reparten, o bien en siete ternarios, o en tres septenarios. En cada ternario "el primer término es activo por excelencia; el segundo es intermedio, es decir, activo respecto al siguiente pero pasivo respecto al precedente, mientras que el tercero es estrictamente pasivo. El primero corresponde al espíritu, el segundo al alma y el tercero al cuerpo." De esta manera se agrupan: El Juglar (I), La Sacerdotisa (II) y La Emperatriz (III); luego El Emperador (IV), El Sumo Sacerdote (V) y el Enamorado (VI); La Carroza (VII), La Justicia (VIII) y el Ermitaño (IX), etc.

La misma relación espíritu, alma, cuerpo, vuelve a encontrarse en las relaciones de los tres septenarios: Del Juglar (I) a la Carroza (VII), los valores del Espíritu; de La Justicia (VIII) a La Templanza (XIV), los del alma; y de El Diablo (XV) al Mundo (XXI) los del cuerpo.

Una misma lámina podrá interpretarse como espíritu y alma o como alma y cuerpo, de acuerdo a su lugar en el conjunto escogido y según los planos de análisis. Todas las claves de interpretación muestran aspectos diferentes de una misma lámina; ninguna posee un sentido absoluto y definitivo. Es siempre un sistema móvil de relaciones, que exige la mayor flexibilidad de interpretación. Ej.: La Emperatriz es cuerpo en el primer conjunto ternario y espíritu en el primer conjunto septenario; las relaciones cambian en el interior de los conjuntos.

En el interior de cada septenario, "los tres primeros arcanos se oponen a los tres siguientes y el séptimo se reduce el todo a la unidad"; lo cual da valor a la significación sintética de El Carro (VII), de La Templanza XIV) y del Mundo (XXI): dominio de la voluntad en el mundo del espíritu (VII), del equilibrio en el alma (XIV) y del movimiento perpetuo en el mundo del cuerpo (XXI).

Relaciones con el Zodíaco y los planetas

Puede relacionarse el agrupamiento ternario con la concepción astrológica según la cual la rueda del zodíaco representa, en sus tres posiciones sucesivas, los cuatro elementos: nacimiento o comienzo de la evolución, culminación, y caída o involución. Los signos Fuego, Tierra, Aire y Agua, que nacen con Aries, Tauro, Géminis y Cáncer, culminan en Leo, Virgo, Libra y Escorpio, y van hacia su caída en Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis. En el agrupamiento ternario del Tarot las láminas en que aparecen netamente los símbolos del zodíaco tienen una posición que corresponde: el Sagitario de El Enamorado (VI) está en caída, la Balanza de La Justicia (VIII) en culminación, así cono el León de la Fuerza (XI), mientras que los Gemelos de El Sol (XIX) están al comienzo de una evolución.

La interpretación cabalística

Hay tantos arcanos mayores como letras del alfabeto hebreo. Su número es "exactamente el de las veintidós vías de la Sabiduría, el de los senderos que unen entre sí a las diez Sephiroth, los sublimes principios metafísicos de la Cábala judía". Las mismas Sephiroth se desarrollan en trinidades, en cada una de las cuales dos extremos están unidos por un término medio y concuerdan con el sentido simbólico de las láminas: al Juglar, causa y punto de partida de todas las cosas, corresponde la Corona sefirótica; a La Sacerdotisa, la Sabiduría; a La Emperatriz, la Inteligencia; al Emperador, la Grandeza y la Misericordia; al Sumo Sacerdote, el Rigor, o el Juicio; a los Enamorados, la Belleza; a la Carroza, la Victoria; a La Justicia, la Gloria; al Ermitaño, el Fundamento, y a la Rueda de la Fortuna, como representación del torbellino involutivo, el Reino.

Al encontrarse una correspondencia en todas las láminas se puede desarrollar partiendo de eso toda una simbólica cabalística del Tarot.

viernes, 4 de septiembre de 2009

EL TAROT MARSELLES, PARTE 1



En su forma más tradicional, la del Tarot de Marsella, el juego está compuesto de 78 cartas: cincuenta y seis arcanos menores y veintidós arcanos mayores.

A veces se distinguen las dieciséis figuras de corte de los arcanos menores en número de cuarenta.

Las láminas están vivamente coloreadas, siendo la simbólica de los colores dominantes del Tarot como sigue:

Ocre rosa, carne, indicando siempre lo que es humano o lo que está ligado a la humanidad (caras, cuerpos, construcciones).

Azul, color nocturno, pasivo y lunar, es el color del secreto, del sentimiento, del ánima, de los valores femeninos por excelencia.

Rojo, color macho, de la fuerza interna, de la energía potencial, de las manifestaciones del ánimus, de la sangre y del Espíritu.

Amarillo, color ambivalente es al mismo tiempo el color de la tierra y el del sol, el de la riqueza, de la miel, las cosechas, y el de la luz intelectual en su pureza de oro inalterable.

Los arcanos menores

Comprenden cuatro serie o palos como símbolos de los cuatro elementos o los cuatro componentes fundamentales de la vida: bastos, copas, espadas y oros, de catorce cartas cada uno: rey, dama, caballo, sota y diez cartas numeradas del as al diez (en los juegos de carta franceses el caballo ha desaparecido, los bastos se han transformado en diamantes, las copas en corazones, las espadas en picas y los oros en tréboles. En la baraja española, en cambio, falta la dama entre las figuras de la corte).

El basto es el "Fuego de la acción, el punto de partida necesario en toda evolución", pero es también "la varita mágica, el cetro de dominio viril y el padre".
La copa es el "Agua fecundante del cielo, lo que enlaza lo creado, con lo divino, la vida psíquica" y también es "la copa adivinatoria, la receptividad femenina y la madre".

La espada es el "Aire, espíritu que penetra la materia e informa, formando ese compuesto que será el hombre", así mismo es "la espada del evocador, el arma que dibuja una cruz y recuerda así la unión fecunda de los dos principios, macho y hembra; la espada simboliza además la acción penetrante como la del Verbo o la del Hijo." Según Carl G. Jung "las seis picas están ligadas simbólicamente a la penetración del intelecto y de la muerte."

El oro es la tierra: "Descenso bajo tierra por el que comienza toda iniciación y que da al hombre el apoyo del mundo en el que está situado"; o "el disco pentacular, signo de apoyo de la voluntad, materia condensadora de acción espiritual, síntesis que conduce de nuevo el ternario a la unidad, Trinidad o Tri-unidad."

Estas láminas cuyo simbolismo podría extenderse largamente, están estrechamente ligadas a los arcanos mayores. Se encuentran en el primero de ellos, el Juglar que tiene en sus manos el bastón que asegurará su poder sobre la tierra del oro y sobre si mismo, mientras que la copa y la espada (reducida a las proporciones de un puñal), que simbolizan las dos vías del hombre en la búsqueda de la Iniciación: por el corazón y por la mente, están colocadas sobre su mesa.

FUENTE: Ángel de la guarda